El cómic manga es para el aficionado
común una caja de sorpresas si parte del prejuicio de que está destinado a un
público más o menos juvenil y sus argumentos son sencillos. Adolf, de Tezuka, es justamente lo
contrario. El argumento es extraordinariamente inteligente y complejo, bajo un
dibujo aparentemente sencillo e infantil. Esta complejísima narración cuenta la
historia de tres Adolf: Adolf Kamil, un judío; su mejor amigo Adolf Kaufmann,
ambos residentes en Japón, y el tercero Adolf Hitler, austriaco de nacimiento y
dictador criminal de profesión.
Es una obra en la que se analiza con
increíble lucidez la sociedad alemana que jaleó la subida al poder de Hitler,
mostrada en paralelo a la situación que vivía el Japón prebélico y militarista gracias
a la historia de esos dos niños llamados Adolf. En una pirueta sin red, Adolf es además una historia sobre la
amistad, las envidias, la maldad, la bondad.
Multitud de acciones trascurren paralelas,
pero para el lector son transiciones sencillas y transparentes gracias al
brutal dominio de la narrativa de Tezuka. Detenerse a estudiar la narrativa de
este autor es descubrir mil recursos narrativos utilizados con singular pericia.
Esta obra es narración gráfica en
estado puro, desprovista de toda floritura innecesaria, con el único objetivo
de llevar al lector en volandas por la página, acelerando o ralentizando la
acción, obligándole a pararse o dejándolo caer en una espiral vertiginosa.
Es, sin duda, una obra maestra en la
que se imbrican ficción, historia (auge de los fascismos, Segunda Guerra
Mundial, creación del estado de Israel), aventura y sentimientos humanos de
manera tan ágil y eficaz que el interés por ver cómo se resuelve la narración
arrastra al lector desde el comienzo hasta el final.
Guión y dibujo: Osamu Tezuka
Editorial: Planeta
Año: 2010