lunes, 26 de enero de 2015

Yo, asesino


Keko (José Antonio Godoy) es el dibujante de un gran guión de Antonio Altarriba.
El título es una confesión; la portada revela al confeso criminal: se trata de Enrique Rodríguez, un profesor de Arte de la Universidad del País Vasco que a sus 53 años está en el apogeo de su carrera académica. Es el responsable de una revista que investiga sobre la crueldad en la pintura occidental. Vive en un entorno hostil y de soterrada violencia. Aprovecha sus viajes por motivo de trabajo para asesinar como si de una performance se tratara. Nunca repite el mismo patrón. Sin embargo no se considera asesino en serie, sino artista: mata como expresión artística, asesinato considerado como una de las Bellas Artes. Es una justificación íntima con la que el protagonista trata de justificar sus asesinatos. 
En cuanto al dibujo, también es impactante. Si bien es más descuidado de lo habitual en Keko, se compensa con unos escenarios y unos fondos muy realistas. La historia está dibujada en blanco y negro; la única concesión a otro color es el rojo de la sangre. Recuerda lejanamente a From Hell por la temática y la frialdad del color, aunque las escenas escabrosas no se muestran tan abiertamente como allí. El tono de thriller nos atrapa de modo que no podemos levantar la vista de la página.

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